Los orígenes de la comparsa de Cristianos se pierden en la noche de los tiempos, al igual que el de las propias Fiestas de Moros y Cristianos . Por diferentes documentos que hemos podido encontrar podemos afirmar que en 1885 ya existian Los Cristianos. En la descripción que hace Vicente Zacarés Urriós podemos leer: "(...) a continuación venía el [bando] de los cristianos en correcta formación, compuesta de tres agrupaciones, que denominan filadas, con sus variados y lujosos trajes, una de mariners, otra con trajes a la antigua española, y otra de los inscritos en la Cofradía del Rosario...” nos atrevemos a interpretar que los festeros vestidos "con vestidos a la antigua española" no son otros que los Cristianos,que llevarían trajes parecidos a los que, más tarde, se llamarían popularmente, de sota. Los mismos participantes aparecen en el Programa para las músicas publicado por el Ayuntamiento en 1892 y, así mismo, en un programa de mano de 1896, con la denominación de Grandes Fiestas de Moros y Cristianos que dedica la Ciudad de Castalla a su patrona la Virgen de la Soledad.
La Comparsa de Cristianos «San Jaime».
Desconocemos los motivos que provocaron la desaparición de aquella antigua Comparsa de Cristianos, pero el hecho es que en 1930 vuelve a salir a la calle. Tampoco sabemos si se trataba de una refundación, toda vez que hay indicios en este sentido: el primero de ellos es el mismo título de la Comparsa: no es probable que los fundadores la llamaran así si no es por hacer patente una vinculación directa con la anterior entidad festera. El segundo indicio lo constituye la propia indumentaria: esta nueva comparsa adopta un vestido que remite a los festeros vestidos “con trajes a la antigua española” a los que aludía Zacarés. Hemos de apuntar que, en esta época, ya se había producido en diversas poblaciones de nuestro entorno una corriente "medievalizante" que provocó la adaptación de la indumentaria de muchas comparsas del bando cristiano a pautas más próximas a la Edad Media.
«Comparsa de Cristianos San Jaime» «Castalla Año 1930». Estas son las leyendas que figuran en la que consideramos bandera fundacional del antecedente de la Comparsa de Cristianos actual. Casi 30 años que se iniciaron de manera espectacular, con aportaciones que sin duda contribuyeron a conformar el aspecto de nuestra fiesta. La comparsa de "los trajes de sota" mantuvo su efervescencia durante unos años y , poco a poco, el entusiasmo inicial fue diluyéndose hasta provocar la propia disgregación. Esta etapa de la comparsa finalizó en 1957 o 1958: en la revista de fiestas de aquel año ya no figura la comparsa de Cristianos, pero sí que aparece una fotografía con la presencia de cristianos, lo que coincide con las declaraciones que Juan Leal López de Atalaya efectuó en el número 4 de Capa i Espasa, en las que afirmaba que su padre, Salvador Leal, "llegó a ser capitán de la Comparsa de Cristianos en siete ocasiones (la última en 1958)" y que él mismo participó como festero infantil.
La Comparsa de Cristianos actual.
En 1964 un puñado de antiguos miembros de la comparsa se plantearon volver a salir a la fiesta y dieron la Vuelta de Capitanes, con la intención de proceder a una auténtica refundación de la Comparsa Cristianos, ya que se trataba de proporcionar continuidad a una entidad de la que habían formado parte la mayoría de sus promotores. Después del entusiasmo incial vinieron las primeras dificultades, pero se reunieron en diversas ocasiones, diseñaron un nuevo traje basado en un estilo medieval, con túnica, casco, capa, cotas de malla, escudos —de cartón piedra— y espadas y porras; ya que una de las causas atribuidas a la desaparición de la comparsa era, precísamente, que los trajes de sota no se consideraban populares. Por fin, en 1965, 21 hombres y una escuadra de mujeres volvieron a representar a la Comparsa Cristianos en las calles de Castalla. En los años 70 se volvió a la preferencia por vestimentas más propias de los siglos XVII o XVIII —tipo Tercios de Flandes o Mosqueteros, por ejemplo—; tendencia que se rompió en la década de los 80, adoptando mayoritariamente, el estilo de traje medieval que, ahora, distingue a la Comparsa y que se consolidó con la adopción del traje oficial en el año 2002.
Desde aquellas fechas la Comparsa ha ido, poco a poco, afianzándose. En los primeros años de los 90 se produjo un notable incremento de festeros y se dió un salto en cuanto a la mejora del ambiente y al esbozo de los rasgos que conforman una personalidad propia, actualmente en vigor. En los siguientes años la cantidad de comparsistas ronda a los 200. Uno de estos elementos fue, entre otros, la adopción de la marcha cristiana como signo de identidad en los desfiles, que fue inducido por la banda de música de La Cañada, formación que nos acompañó desde 1971 a 2000 y que fue substituida por la banda de Otos y, en 2005, por la Instructiva Musical de Alfarrasí. Todas estas bandas también han interpretado "La Manguera", después de tocar la Marcha Real y de que las banderas entren al local de la comparsa.
Por lo que concierne a la sede social, la Comparsa Cristianos también ha tenido su particular trayectoria. Desde la refundación se situó en el bar de la Placeta dels Casinos —que se constituyó en el lugar de acogida de los Cristianos—. Hacia finales de los años 60 se instaló en la calle Ramón y Cajal —donde está ahora la sede de los colombarios —, y donde permaneció algunos años.
A partir del 73-74 la sede se trasladó, por fin, al local actual, a la que hoy es la Comparsa de los Cristianos. Se trataba de una casa antigua que, a los pocos años, se amplió con la compra del local paralelo, resultando así un amplio recinto.. La necesidad de ampliar las instalaciones hizo que se decidiera la compra de la casa contigua. Así, en 2001, se restauró la parte baja de la casa y se comunicó con el local antiguo, al tiempo que se efectuaban reformas en las cocinas, el patio y la fachada de la casa.
Entre algunas particularidades del momento actual de la Comparsa de Cristianos podemos destacar:
— La Embajada de los Cristianos. Caricatura satírica y espontanea que empezó a celebrarse en los años 90, por un grupo de amigos, sin otra intención que la de pasar un momento agradable entre actos. Actualmente, tiene lugar el 3 de Septiembre, en medio de una gran expectación.
— Edición de la revista Capa i Espasa. El primer ejemplar se publicó en Enero de 2001, con cuatro páginas. Después tuvo seis y, más tarde, ocho páginas.
— El homenaje a la Capitanía al finalizar la Ofrenda. Toda la comparsa forma un corredor de honor esperando la llegada de la capitanía a la iglesia, a los sones de "L’Ambaixador Cristià". Puede ser uno de los momentos más emotivos de todas las fiestas.